Mensajes oportunos que desafían su iglesia y su iglesia

"Si alguno habla, que hable como los oráculos de Dios. Si alguno ministra, que lo haga conforme a la capacidad que Dios le ha dado". - (I Pedro 4:11)

Me ha llevado muchos años llegar a este punto crucial de mi vida. Durante los últimos 52 años he servido como maestro de Biblia, pastor, autor y misionero. En esta última etapa de mi vida, me encuentro en el papel de un "vigilante". No es un llamado que elijo, sino uno al que Dios me llamó.

Mi peregrinaje me ha llevado muchas veces alrededor de la cuadra de la iglesia. Gran parte de lo que escribo se ha extraído de esos viajes. Muchas de las conclusiones espirituales que he experimentado se forjaron en el crisol de golpes duros de la iglesia. Una de las verdades clave que he aprendido es que hay una gran diferencia entre el cristianismo auténtico y el “eclesialismo” hecho por el hombre.

Le escribo a su iglesia. Les escribo a los fieles bereanos que todavía están en la “iglesia” con oídos para escuchar. Les escribo a quienes luchan con preguntas serias sobre su experiencia cristiana. Le escribo principalmente a su fiel remanente que ha escuchado su llamado de "salir de en medio de ella".

Algunos de ustedes encontrarán estos artículos refrescantes e incluso conformacionales. Algunos los encontrarán espiritualmente liberadores. Desafortunadamente, algunos de ustedes verán mis artículos como radicales e incluso inquietantes. Una buena advertencia para los posibles críticos o detractores que puedan tropezar con este trabajo: este sitio no es para usted.